El sueño es uno de diversos procesos necesarios para la vida. Existen diversos trastornos del sueño
que impiden tener un descanso reparador y llevar nuestras actividades diarias de manera natural.
Algunas enfermedades como la Apnea del sueño (donde la persona hace una pausa involuntaria en
la respiración en el momento de dormir), son cada vez más comunes debidas a las rutinas del día a
día. La apnea del sueño, por ejemplo, puede tener graves repercusiones por que en los periodos
que aire no llega al cerebro, se pueden dañar las neuronas asociadas al sueño y aumenta la
probabilidad de un infarto cardiaco o cerebro-vascular.
Luego de la pandemia por COVID-19 ha aumentado exponencialmente los casos de personas de
todas las edades, sexos, nivel educativo y clase social que manifiestan alteraciones como ansiedad
y depresión, en donde un componente común es algún tipo de trastorno del sueño. En otros
casos, la alteración de las actividades diarias como acostarse a dormir a altar horas de la noche,
despertarse muy temprano para el trabajo o estudio, el uso de dispositivos electrónicos si una
higiene de uso adecuada, son algunas de las condiciones que pueden desencadenar trastornos del
sueño. Esta alteración no es menor, porque también ha aumentado la tasa de suicidios
relacionada con alteraciones del sueño (OMS 2.000).
Hay alrededor de 100 trastornos del sueño y vigilia, que requieren un diagnóstico médico antes de
tomar algún medicamento o planta medicinal enfocada al caso. Dichos trastornos de sueño y
vigilia se pueden agrupar en 4 categorías:
Insomnio: Problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido.
Somnolencia diurna excesiva: Problemas para permanecer despierto.
Ritmo del sueño: Problemas para mantener un horario regular de sueño.
Interrupción del sueño: Comportamientos inusuales durante el sueño.
INSOMNIO:
Incluye dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido. Los episodios pueden
aparecer y desaparecer, durar entre 2 a 3 semanas (corto plazo) o ser mucho más prolongados
(crónicos).
HIPERINSOMNIO:
Afección en la cual las personas tienen una somnolencia diurna excesiva, lo que quiere decir que
se sienten cansadas y agotadas durante el día (exceso de sueño). El hiperinsomnio también puede
incluir situaciones en las que la persona necesita dormir demasiado para compensar la sensación
de agotamiento. Esta situación puede deberse a diferentes afecciones, pero también puede ser
originado a problemas cerebrales que requieren un análisis profundo.
Algunas causas de este problema, incluyen:
Fibromialgia y bajo funcionamiento de la tiroides.
Mononucleosis y otras enfermedades virales.
Narcolepsia y otros trastornos del sueño.
Obesidad, especial si causa apnea obstructiva del sueño.
Cuando no se encuentra una causa específica para la somnolencia, se llama hiperinsomnio
idiopático.
PARASOMNIO:
Son las conductas anormales durante el sueño y son bastante comunes durante la niñez, estas
pueden incluir:
Terrores nocturnos.
Sonambulismo.
Trastornos de comportamiento durante el sueño MOR (la persona se mueve durante el
sueño MOR y representa los sueños).
RITMO DEL SUEÑO:
Pueden presentarse problemas de sueño cuando no se mantiene un horario de sueño constante y
de vigilia. Muchas veces sucede cuando se viaja cruzando husos horarios diferentes y con trabajos
por turnos en horarios rotativos (particularmente quienes trabajan en la noche).
Algunos trastornos asociados a esta clasificación son:
Síndrome de sueño y vigilia irregulares.
Síndrome de desfase horario.
Insomnio paradójico (se duerme una cantidad de tiempo distinta a la que se cree).
Fase de sueño retrasada, usual en adolescentes que se van a dormir muy tarde en la
noche y duermen hasta medio día.
Fase de sueño avanzada, como en los adultos que se van a dormir muy temprano y se
despiertan en horas de la madrugada.
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA UNA HIGIENE ADECUADA DEL SUEÑO:
Una buena cama y un buen colchón son esenciales para un sueño reparador.
Una almohada adecuada, y la posición de esta influyen en la calidad del sueño
Procurar que la cena no sea demasiado tarde, picante o abundante.
Los alimentes de difícil digestión consumidos durante el día, también pueden alterar e
sueño.
Alimentos que contienen tomate, queso, productos cárnicos, entre otros; son de
difícil digestión durante la noche.
Es importante ir a dormir sólo cuando uno se sienta agotado.
Si después de un tiempo de aplicar algunas de estas recomendaciones, visite a su médico. Los
trastornos de sueño pueden no solamente afectar sus actividades diarias, también son factores
desencadenantes para otras enfermedades.
Por último, pero no menos importante: No se automedique, ni utilice productos naturales de
manera indiscriminada. Todas las sustancias destinadas a apoyar la regulación del sueño, deben
ser recetadas.
Bibliografia:
Calverley A, Shapiro C. Medical Problems during Sleep, Br Med J 1993; 306;
1403-1405.
OMS Prevención del suicidio un instrumento para médicos generalistas, 2000
www.medlineplus.org/Trastornosdelsueño
www.onmeda.es/Trastornosdelsueño